44 comments

El comienzo

El primer paso de tu carrera es decidir qué quieres hacer. Yo siempre tuve claro que la naturaleza era lo mío. Sin embargo, no me planteé realmente estudiar Biología hasta casi el momento de hacer la preinscripción y solicitar carrera.

Y es que mi pasión siempre han sido los bichos y desde bien pequeño me han fascinado todas las ramas de la ciencia. Desde que tengo memoria, los animales siempre han estado presentes en mi vida. Recuerdo  algún canario (con el insigne nombre de Mike Donovan) y un par de diamantes mandarines (Taeniopygia guttata), a los que llamamos Tiza y Panduro porque nos dijeron que siempre debían tener una tiza y algo de pan duro en la jaula. Incluso hay alguna foto de un pequeñísimo yo dando de comer a un patito chiquitín que ni recuerdo de quién era.

Lo que sí recuerdo perfectamente es pasarme horas en Las Tres Campanas, una conocida juguetería que hubo en Badajoz, mirando el estante de los muñecos: figuritas de leones, hipopótamos, jirafas y tigres se entremezclaban de forma caótica con dinosaurios, dragones y toda clases de quimeras. Una fauna de lo más variopinto y en la que, pese a todo, cada uno tenía su propio nicho ecológico en mi colección de juguetes.

Pero como todo niño que se precie, mis favoritos siempre fueron los dinosaurios. Tenía docenas de libros. Me leí Parque Jurásico con apenas 11 ó 12 años. Conocía buena parte de todos esos impronunciables nombres, familias, géneros… Era mi pasión y estaba decidido a dedicarme a ello.

El momento decisivo

Pero entonces se fue acercando la hora de elegir carrera, allá por 1998 (¡me hago mayor!), y comencé a buscar la forma de hacer Paleontología. En Badajoz podía estudiar Biología, pero no existía la especialización en Paleontología, aunque sí un par de asignaturas a lo largo de la carrera. También podía ir por Geológicas, pero entonces tendría que irme fuera. Le di muchas vueltas al asunto. Una y otra vez. Hasta que al fin decidí hacer Biología. Siempre me habían gustado los animales así que, a unas malas, si no lograba meterme en el Departamento de Paleontología siempre podía seguir estudiando otros bichejos actuales.

Así se lo comuniqué a mis padres. Ellos, con toda su buena fe, me dijeron que Biología no tenía salidas, que la cosa estaba chunga para conseguir trabajo (ya en 1998) y que con la buena nota que tenía en selectividad por qué no elegía algo con más salidas. Pero ya sabían lo testarudo que podía llegar a ser su hijo… Así que les dije:

Prefiero ser pobre pero feliz con lo que hago que estar podrido de dinero y amargado detrás de un escritorio

No había mucha contrarréplica a eso 😛 Entonces, como buenos padres y resignados padres, no les quedó otra opción que apoyar mi decisión de hacerme biólogo. 

El proceso

Entré sin problemas en la carrera, deseando aprender cosas de animales, salir al campo y convertirme en una mezcla entre Indiana Jones y Miguel de la Quadra-Salcedo. Y la primera en la frente. El primero año tuve física, matemáticas, estadística, informática, química… Y bueno, sí… Alguna asignatura de botánica y de zoología, pero vamos, que no era el paraíso lectivo que yo había imaginado. A pesar de ello, lejos de desanimarme, seguí dándole caña. Me apunté a todas las optativas relacionadas con fauna y si podía, a alguna de libre elección. Y me apliqué al máximo.

De hecho, fue una de esas asignaturas optativas la que me descubrió el asombroso mundo de las aves y su observación, los dinosaurios de hoy en día 😛 Aprendí a usar una guía de campo y a identificar mis primeras aves. Después ya me fogueé yo mismo, mientras iba descubriendo poco a poco la fantástica fauna del Azud de Badajoz.

Además hice una de las mejores inversiones de tiempo y esfuerzo de mi carrera. Entrar en el departamento zoología tuvo un papel fundamental en mi desarrollo como biólogo. Entré en contacto con el mundo de la investigación, hice numerosos contactos, llevé varios pósteres a diversos congresos y aprendí mucho, muchísimo, sobre la labor investigadora, el manejo de aves, el anillamiento científico o cómo escribir un artículo científico.

Al acabar la carrera, de nuevo surgía la duda. ¿Qué iba a hacer con mi vida ahora? Y de nuevo mis padres me aconsejaron tirar por algo seguro, unas oposiciones a profesor de secundaria o a biólogo de la Junta de Extremadura. Pero yo seguía siendo un joven testarudo que había  decidido perseguir sus sueños y agarrarse a la cola de la cometa.

Y es que tanto disfruté aquella etapa en el departamento que me lancé a la faraónica tarea de hacer una tesis doctoral. Fue toda una nueva etapa de aprendizajes y, sobre todo, de viajes: Almería, París, NoruegaMás y más contactos. Más y más posibilidades. Un nuevo mundo se había abierto ante mis ojos.

La conclusión

Elegir la carrera de biología supuso un antes y un después en mi vida personal y profesional. Es, posiblemente, una de las mejores elecciones que haya hecho nunca. No fue un camino fácil, pero tampoco fue un infierno. Lo mío era vocación y la viví y la disfruté como tal. Una vez obtenido el título, y gracias a todo el trabajo previo (departamento, congresos, cursos y voluntariados) pude optar a diversas becas que me llevaron al doctorado. E incluso en medio de la crisis pude conseguir un puesto de trabajo en una consultoría ambiental, que me permitió explorar el apasionante (aunque inestable) mundo de la empresa privada.

Ha sido una gran aventura a todos los niveles. Y me ha ofrecido la oportunidad de hacer cosas tan fascinantes como extrañas. Por supuesto han existido sus altibajos. Hasta hoy mismo no he cerrado la tesis (¡casi 8 años!), la cual tuve que dejar apartada un tiempo para trabajar en la consultoría ambiental. Y hubo momentos en los que estaba tan quemado que casi la abandono. Pero simplemente fueron etapas.

Aunque no sea un sendero fácil de recorrer, el viaje siempre merece la pena

Mi único consejo es que no te desanimes. Siempre busca aquello que te haga feliz, que con voluntad y esfuerzo todo es posible. Ninguna carrera es fácil, nadie regala trabajo. Pero los biólogos tenemos la ventaja que no sólo el fin merece la pena. También el camino es apasionante. La Biología puede darte grandes alegrías (y también algún que otro sofocón :P). Pero créeme que siempre ofrece mucho más de lo que pide 😉 Lucha por tu sueños y verás como tarde o temprano se hacen realidad.

¿Cómo ha sido tu experiencia durante la carrera? ¿Qué te ha aportado? ¿Te arrepientes de tu decisión? ¡Comparte tu experiencia con nosotros!

¿Estás cansado de buscar trabajo como hasta ahora sin resultado?

Suscríbete y consigue gratis el PDF "5 Razones por las que Un Blog Aumentará tu Empleabilidad como biólogo" para acercarte al trabajo de tus sueños.

¿Estás cansado de buscar trabajo como hasta ahora sin resultado?

Suscríbete y consigue gratis el PDF "5 Razones por las que Un Blog Aumentará tu Empleabilidad como biólogo" para acercarte al trabajo de tus sueños.

Sobre mí

Biólogo, lector y curioso, siempre. Viajero, escritor y fotógrafo aficionado en los ratos libres. Y mientras tanto, ayudo a jóvenes biólogos en mi blog "El Bichólogo

¡Sígueme!