4 comments

Yo soy un viajero empedernido. Desde que con 23 años me fui un par de meses de voluntariado a Perú no he podido parar de viajar. Aquel viaje cambió mi vida y mi mentalidad. Así que desde entonces decidí aprovechar cada pequeña oportunidad que la vida me brindase para conocer nuevas tierras, nuevas culturas, nuevas sociedades.

Viajando con poco dinero gracias a la biología

Hay profesiones que son más dadas a viajar que otras. Y hay quien se lo monta mejor que otros. Pero el de biólogo es uno de esos trabajos en los que, si quieres, puedes conocer múltiples lugares. La llamada «movilidad exterior» de la que presumía la ministra de trabajo, vamos. Pero en positivo 😉

Desde el mismo comienzo, desde que empieza la carrera, surgen las posibilidades de viajar. El trabajar en algún departamento no sólo aumenta considerablemente las posibilidades de formación, sino que abre inusitadas puertas para el viajero en ciernes: los congresos. En el ámbito de la investigación, una de las formas de difundir los resultados son los congresos científicos, workshops y similares. Estos pueden ser en territorio nacional o internacionales. Si participáis en algún proyecto de investigación quizás tengáis la oportunidad de ir a uno de eso congresos a exponer un póster o, incluso, una comunicación oral. Y dependiendo de la universidad, el departamento y el dinero disponible, quizás con los gastos pagados ;). Salamanca, Madrid o Valencia fueron algunas de las ciudades que visité gracias a diversos congresos.

Cabo de Gata
Sería pecado haber ido a Almería de estancia breve y no pasar por la zona del Cabo de Gata

Si te gusta la carrera de investigador, entonces un paso ineludible es la realización de la tesis doctoral. Y lo más probable es que lo hagas gracias a una beca predoctoral, bien sea ministerial o de tu comunidad autónoma (becas FPI y FPU, por ejemplo). Pero también puedes realizar el doctorado en el extranjero, con alguna beca de la Universidad en cuestión, de alguna fundación o por medio de programas como las becas Marie Curie. Yo fui a una entrevista para una beca predoctoral en la universidad de Gronigen (Holanda), con el viaje y la estancia pagados durante 4 días. No logré la beca, pero fue una experiencia de lo más interesante, que me permitió conocer la ciudad y alrededores 😉

Algunas de estas becas nacionales ofrecen ayudas para realizar estancias en centros distintos a donde se está realizando la tesis doctoral. La idea de estas estancias breves es aprender nuevas técnicas que no son accesibles en tu universidad o en tu país, fomentando la internacionalización de la educación del investigador, con todas las ventajas que eso proporciona. Estas ayudas suelen aportar un cantidad diaria de dinero y una bolsa de viaje para costear la estancia. Cada una tiene su propia normativa, pero en general tienes que conseguir la aceptación del centro receptor y alguien que sea tu tutor en dicho centro.

Sognsvann
Un hermoso paseo alrededor del lago de Sognsvann, al norte de Oslo

Las estancias suelen ser de entre 2 y 6 meses de duración (aunque ahora creo que las han reducido a 4 meses, los recortes y eso). Yo tuve la suerte de obtener una beca FPI del ministerio y gracias a ella viví un par de meses en Almería (aprendiendo a medir coloraciones de plumas en la Estación Experimental de Zonas Áridas), otro par de meses en el laboratorio de Parasitología Evolutiva de la Universidad Pierre et Marie Curie de París (intentando tomar microfotografías de plumas en el microscopio electrónico)  y otros dos meses en Centro Nacional para la Biosistemática del Museo de Historia Natural de Oslo (aprendiendo a analizar muestras de esperma de aves con microscopía óptica). Un poco de todo, como veis 😉

Bien sea por medio de congresos o becas, este tipo de viajes no sólo potenciarán tu formación, sino que te permitirán crear una importante red de contactos que, potencialmente, te proporcionará futuras oportunidades de trabajo y, por supuesto, de nuevos viajes 😉 Y es que gracias a la estancia en Oslo, por ejemplo, recibí una nueva invitación el año siguiente para seguir colaborando con ellos, analizando nuevos datos y logrando una nueva publicación. Pero no sólo eso, sino por medio de esa última publicación conseguí también otra invitación para dar un seminario en la universidad de Bielefeld, así como un póster en un congreso.

Área de estudio de Bielefed
Dando un paseo por el área de estudio de mi anfitrión en Bielefeld

Aunque no sólo la investigación te permite viajar, por supuesto. Si te gusta el trabajo de campo existen puestos de asistente de campo en diversas universidades con carácter principalmente estacional, coincidiendo con la época de mayor carga de trabajo. Gracias a esta modalidad, por ejemplo, tuve la oportunidad de pasar dos meses geniales en la isla sueca de Öland como técnico de campo para la universidad de Uppsala. Dos meses trabajando con papamoscas cerrojillo y collarino revisando cajas nido, capturando adultos, anillando pollos y tomando muestras de sangre en un entorno espectacular. ¡Fue una experiencia absolutamente fantástica!

Molino de viento
Una de las imágenes más icónica de Öland

Pero la empresa privada también te permite conocer mundo, aunque sea dentro del mismo país. Y es que España, en mi caso, sigue siendo una gran desconocida para mí. Y durante los casi dos años que he trabajado en el mundo de la consultoría medioambiental he podido conocer buena parte de las provincias de León, Zamora y Asturias, visitando también algunos lugares de Ávila o Galicia y llegando incluso a mi querida Extremadura (¡siendo una consultoría asturiana!). Y también me dio la oportunidad de conocer el norte de Portugal, donde desarrollé la mayor parte de mi trabajo en dicha consultoría.

Paisaje montañoso de León
El impresionante paisaje de la montaña central leonesa

Y, por supuesto, también están los voluntariados, que suelen costearte alojamiento y comida y, a veces (cada vez menos), desplazamiento.  Pero sobre eso ya hablaré en otra ocasión. 😉

Todo esto es sólo la punta del iceberg, un atisbo del sinfín de posibilidades que la carrera ofrece al biólogo inquieto y viajero, a ese bichólogo errante que todos llevamos dentro. Así que no tengáis miedo, poneros en marcha y haced de vuestros viajes soñados una realidad. ¡Querer es poder!

¿Alguno habéis viajado gracias a la biología? ¡Compartid vuestra experiencia en los comentarios!

¿Estás cansado de buscar trabajo como hasta ahora sin resultado?

Suscríbete y consigue gratis el PDF "5 Razones por las que Un Blog Aumentará tu Empleabilidad como biólogo" para acercarte al trabajo de tus sueños.

¿Estás cansado de buscar trabajo como hasta ahora sin resultado?

Suscríbete y consigue gratis el PDF "5 Razones por las que Un Blog Aumentará tu Empleabilidad como biólogo" para acercarte al trabajo de tus sueños.

Sobre mí

Biólogo, lector y curioso, siempre. Viajero, escritor y fotógrafo aficionado en los ratos libres. Y mientras tanto, ayudo a jóvenes biólogos en mi blog "El Bichólogo

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked

  1. Brillante!!
    ¡¡Quisiera viajar!!
    pero…cómo vivir de ello?!
    Hay formas de hacer de aquellos viajes un trabajo como biólogo?!
    Hola…perdón, soy Gema, apenas una estudiante, y me emocionan las salidas de campo, ud cómo biólogo…¿En qué organizaciones, en que sitios, en que partes y qué oportunidades de trabajo como biólogo ha visto ?!
    Soy de México y estudio biología en UABC (Ensenada)

    1. ¡Hola Gema!

      La biología ofrece muchas oportunidades para viajar: congresos, charlas, estancias breves, proyectos internacionales… No es sencillo y no es una fiesta de viajes, pero sí que proporciona numerosas ocasiones para conocer nuevos países y sitios que normalmente no son visitados por el resto de la gente.

      Pero para eso hay que trabajar duro, invertir mucho tiempo y recorrer un camino que, a menudo, es difícil, pero que sin duda merece la pena cuando te gusta de verdad.

      Yo he trabajado en la universidad de Extremadura, de Granada, para la de Uppsala,, en una consultoría medioambiental.. Durante la tesis he viado por París, Oslo, Alemania…

      Como ves, es posible, pero como te digo, tienes que dedicarle mucho esfuerzo, iusión y tiempo.

      ¡Un saludo!

  2. Yo mis únicos viajes como «biólogo» han sido como «acoplado» visitando a compañeros de carrera que se habian ido fuera. Con eso fui a visitar a un amigo a Leiden que estaba haciendo una estancia allí y tambien a una amiga que tambien fue a Groningen. Me encantaron ambas ciudades y de paso aproveché para hacer turismo por otros lugares de holanda. Cerca de Groningen hay un centro de recuperación de focas, muy interesante.
    Cuando iba a visitar a este mismo amigo a Finlandia resulta que encontré un buen trabajo «de lo mio» y me quedé con el viaje pagado y sin vacaciones. Tengo pendiente finlandia. Asi que cuando se traslado a trabajar y vivir a Alemania, no perdí la oportunidad de ir a visitarlo (varias veces) a Bonn y Colonia. Si no has estado, Alemania es preciosa y la catedral de Colonia. Impresionante.
    Intenté hacer lo mismo con mis amigos de económicas, pero de momento solo he conseguido visitar Cork y Edimburgo. XD

    1. Jajajaa! Muy cierto!! Es otro gran método para viajar. Mucha gente termina fuera con alguna estancia, beca, contrato o similar. Y tirar de amigos es siempre una opción realmente buena para ahorrarte una pasta en alojamiento. Y además vas por la ciudad con guía 😛 Así visité yo Uppsala, gracias a un colega (al que espero visitar al año que viene en Texas :P). Y Groningen lo visité gracias a una entrevista para una beca predoctoral que no conseguí (pero me pagaron viaje y alojamiento :P). De Alemania conozco Munich y Bielefeld (a donde fui también invitado para dar una charla y para entrevistarme para una postdoc).

      Y si encima te sale curro como fue tu caso, ya redondeas el viaje jeje. Muy buena tu historia, Sergio. Y gracias por compartirla!! Un saludo!

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}