26 comments

La Biología es una carrera muy vocacional. No todo el mundo es capaz de adaptarse a lo que te demanda y puede llegar a ser muy duro dedicarse a ella si no es lo que verdaderamente gusta. ¿Pero qué es la vocación y cómo se distingue de una mera afición? ¿El tener vocación convertirá tu profesión en un camino de rosas? ¿Si te gusta la Biología vas a disfrutar de cada paso y lograrás tu meta sin duda? Definitivamente, no. Y hoy te voy a contar por qué.

Afición versus profesión

Una afición es, según la Real Academia Española:

Inclinación o atracción que se siente hacia un objeto o una actividad que gustan.

Esto tiene diversas implicaciones, entre la que destaca sobre todas la ausencia de obligación. Puedes realizar algo simplemente porque te gusta y sólamente cuando quieras y te apetezca. Parece una obviedad (y de hecho lo es) pero mucha gente parece olvidarse de ello.

Generalmente se asume que los biólogos trabajamos de lo que nos gusta y que, por tanto, cualquier queja, lamento o sufrimiento está de más. Y esto no puede ser más injusto. Desde el momento en que percibimos una retribución (si somos afortunados)  deja de ser una afición. Se contraen una serie de obligaciones que no se pueden posponer o eliminar, convirtiéndose en una profesión igual que cualquier otra.

Todo esto implica que, aunque te guste mucho salir al campo y observar aves, o colocar cámaras de fototrampeo o buscar desmanes en los ríos más diversos, seguro que no te hace ilusión cuando la temperatura cae por debajo de cero, cuando llueve intensamente o cuando tienes que estar haciendo jornadas de 14 horas, lejos de tu familia, tus amigos o tu pareja. Pero así es el trabajo, y así hay que hacerlo.

Y entonces, ¿qué es la vocación?

Cuando somos pequeños todos tenemos sueños, aspiraciones y pensamos a menudo sobre a qué nos dedicaremos de mayor. Tenemos múltiples ideas preconcebibas sobre la carrera de biología. algunas más erradas que otras. Y cuando empezamos la carrera muchas de ellas se desmoronan. Y es entonces, cuando todo se tuerce, cuando verdaderamente descubres si lo que tú tienes es vocación o sólo una mera afición.

La vocación es ese nexo, esa bisagra que vertebra el paso de convertir tu afición por la biología en la profesión de biólogo. Es un impulso, una pasión que te ayudará a sobreponerte a los problemas, que va más allá del mero gusto o inclinación por una actividad y que enraiza en lo que realmente somos y en como vivimos la vida. De hecho, será la forma en la que entiendas la vida y el mundo una vez que la descubras. Y será la brújula que te guiará en la búsqueda de tu felicidad y tu realización personal. Como verás, no es algo que debas tomarte a la ligera 😉

¿Cómo descubro mi vocación?

Me temo que eso yo no te lo puedo decir. Ni nadie, realmente. Es algo que sólo tú puedes descubrir. Todos tenemos muchas aficiones, pero la verdadera vocación no sólo es escasa, sino que a menudo puede que pasemos nuestra vida sin haberla descubierto. Pero no te preocupes, intentaremos que no te pase a ti 😉

La mejor forma de descubrir tu vocación es, simplemente, probando. Así de sencillo y, a la par, de complicado. Lo más normal es que la encuentres entre tus aficiones, pues se relaciona con nuestra tendencia o nuestra inclinación natural a hacer algo. Pero no tiene por qué ser así. Nuestras aficiones nacen de aquello que conocemos y nos gusta. Pero en un mundo tan inmenso como el nuestro, son muchas más las cosas que desconocemos. Por eso, experimentar no sólo entre tus aficiones, sino en otros campos desconocidos, puede ayudarte a descubrir aquello que realmente te llena, lo que te hace sentir realizado. Entonces ya vamos por buen camino 😉

Lo interesante, el verdadero reto, es cuando tienes que consagrarte a una determinada ocupación en concreto. Cuando comienzas a invertir tiempo y auténtico esfuerzo en algo es cuando ponemos a prueba nuestra verdadera vocación. Y si pese a todos los sinsabores, pese a todos los inconvenientes, pese al agotamiento que te produce, sigues disfrutando lo que haces, enhorabuena, porque has descubierto tu vocación 😉

¿Entonces ya está todo hecho?

¿Qué fácil sería verdad? Pero tengo que darte una mala noticia. Por mucho que hayas descubierto que la biología es tu vocación, de que se ha convertido en tu pasión y en el cristal a través del que ves el mundo, eso no significa que si encuentras trabajo de esto va a ser todo un camino de rosas.

Cuando nos pagan por primera vez por un trabajo relacionado con la Biología tendemos a pensar que nada puede ser mejor.  ¡Ganar dinero por algo que antes hacíamos gratis! Todos hemos pensado eso alguna vez, ¿verdad?. Pero todos hemos estado confundidos.

Cualquier trabajo, por maravilloso que sea, termina por hacerse repetitivo. Da igual lo mucho que te guste, siempre llegará un momento en el que acabes agotado y hasta cierto punto, asqueado. Bien sea porque se termina convirtiendo en algo mecánico, bien sea porque resulte agotador mental y físicamente o quizás porque no siempre apetece hacer las mismas cosas, al final siempre necesitas romper con la rutina y deseas desconectar del trabajo.

Por eso es importante buscar un equilibrio. Intentar que el plano laboral no afecte a tu ámbito personal, que no se mezcle totalmente la afición y la vocación con la profesión, o se podría llegar a dar el caso de que termines tan asqueado del trabajo que no quieres hacer nada relacionado con lo que antes era tu afición.

La gran recompensa

 

Sin embargo, hacer algo por vocación tiene algo muy muy bueno: la pasión por lo que haces. Y es que todos los biólogos de pura cepa que conozco son apasionados de su trabajo: no importa si se dedican a la conservación, a desenterrar huesos prehistóricos, a compaginar investigación con recopilar ofertas de trabajo para otros biólogos o a hacer geniales diseños biológicos de camisetas. Todos ellos lo hacen con un pasión contagiosa, inspiradora. Cuando te hablan de lo que hacen lo comunican de un modo tan vibrante que siempre queréis saber más. ¿Nunca habéis experimentado esa sensación con alguien? Entonces seguro que esa persona era un apasionado de aquello de lo que hablaba 😉

Hoy en día, debido a la precaria situación laboral, mucha gente (biólogos incluidos) están presos en trabajos que no les llenan, que no les motivan, con los que no se sienten realizados. Por eso es tan importante la vocación. Porque cuando uno trabaja por vocación, da igual lo duro que sea, el tiempo que te consuma, al final terminas disfrutándolo, sintiendo que es allí donde debes estar.

Esto no implica que por hacer algo que nos gusta debamos de aceptar cualquier cosa que nos propongan, pero sí es verdad que hace de nuestro trabajo, si no más fácil, al menos mucho más disfrutable 😉 Da igual si curras en el laboratorio, en el campo, en divulgación o haciendo documentales, lo importante es que encuentres aquello en lo que disfrutas invirtiendo tu tiempo, tu esfuerzo y tu ilusión. 😉

Tu misión

¿Ah, pero que también hay una misión? Pues sí, al menos en parte. Y aprovechando que si estás aquí es porque seguramente ya has descubierto tu vocación, te voy a encomendar una tarea. Comparte tu pasión con los demás. Compártela con tus compañeros de carrera, con tus compañeros de trabajo, con la gente que te rodea. Transciende fronteras geográficas y usa las redes sociales para transmitir esa fuerza que reside en ti.

Divulga sobre la profesión, como intento hacer yo, o divulga sobre cualquier tema que te apasione. Contribuye a crear un pensamiento crítico y una cultura científica, invitando a la gente que te rodea a participar de un modo u otro. Son muchos los problemas que afectan a la biología como carrera profesional y como rama de la ciencia, pero uno de los más grandes es haber estado siempre de espaldas a la sociedad. La investigación es un motor económico muy importante y sus aportes son fundamentales para el correcto y rápido desarrollo de un país.

Hay que poner en valor nuestra carrera y nuestro oficio. Aunque pueda sonar corporativista, es cierto que los biólogos debemos hacer frente común ante algunas falsas creencias que han arraigado firmemente entre la gente y, lo peor, entre otros trabajadores del gremio, que no hacen sino desmerecer la propia profesión de biólogo. Hay dos que destacaría sobre el resto:

1. Eso de ir al campo no es trabajo

No sólo es trabajo, sino que además es un trabajo muy duro. Recorrer 24 km al día buscando rastros de mamíferos, perseguir y tomar posiciones cada 15 minutos de algún bicho radiomarcado durante 14 horas seguidas o revisar decenas de nidos por terrenos abruptos a horas intempestivas son trabajos que requieren mucha energía y un esfuerzo físico importante. Por no hablar de lo que supone a nivel de agotamiento mental realizar eso mismo, día a día, durante semanas o meses.

Aunque nos estemos dedicando a algo que nos gusta y nos apasiona no es un juego de niños. Es un trabajo que requiere una gran disciplina y profesionalidad para que los datos recogidos sean consistentes, sistemáticos y comparables. Porque si no lo son, entonces has tirado todas esas jornadas agotadoras por la borda. Literalmente.

2. No te quejes del sueldo, que habría muchos que desearían estar haciendo lo que tú haces y gratis

Si estoy realizando un trabajo profesional tendrás que tratarme como un profesional y pagarme como corresponde. El usar voluntarios sin experiencia con el único fin de ahorrarte unos sueldos sólo puede llevar a una inconsistencia en la toma de datos y empobrecer, más aún si cabe, el panorama laboral de los biólogos (y campos afines).

Nuestro trabajo es importante, nuestro tiempo y esfuerzo, valiosos. Y por tanto merecen ser pagados como los de cualquier otro profesional. Aprovecharse de la ilusión y el entusiasmo de jóvenes estudiantes o licenciados para ofrecer prácticas no remuneradas y exigirles lo mismo que a cualquier trabajador contratado es ruin e incrementa la precariedad e inestabilidad laboral.

Concluyendo

Descubrir tu camino y encontrar tu vocación es un recorrido fascinante. Hay quien la he tenido clara siempre, mientras otros la han descubierto más adelante, a veces en los sitios más inesperados. Un viaje personal que normalmente llega a buen puerto, pero al que hay que prestar atención, no confundiendo tus aficiones con tu mera vocación, o te faltará ese extra de energía necesaria para afrontar aquellos inconvenientes y dificultades que te aseguro que te encontrarás durante la carrera y tu desempeño laboral. Como ya he dicho muchas veces, la carrera de biología es tremendamente vocacional y, si vocación, puede resultar un infierno 😉

Pero no sólo hay que aplicar esa pasión en el trabajo, sino que hemos de compartirla, usándola para llegar a la gente. Pues la divulgación es también una de las obligaciones de todo biólogo. Sobre todo si queremos que nuestro trabajo sea respetado como se merece. Y es que, como se suele decir, no se puede amar ni respetar aquello que no se conoce.

Y hasta aquí el artículo de hoy. ¿Qué te ha parecido? ¿Tú has descubierto ya tu verdadera vocación? ¿Cuánta gente conoces que lo haya hecho? ¿Te gusta transmitir esa pasión por la biología o cualquiera de sus ramas? ¿Cómo lo haces? Cuéntamelo todo en los comentarios 😉

¿Estás cansado de buscar trabajo como hasta ahora sin resultado?

Suscríbete y consigue gratis el PDF "5 Razones por las que Un Blog Aumentará tu Empleabilidad como biólogo" para acercarte al trabajo de tus sueños.

¿Estás cansado de buscar trabajo como hasta ahora sin resultado?

Suscríbete y consigue gratis el PDF "5 Razones por las que Un Blog Aumentará tu Empleabilidad como biólogo" para acercarte al trabajo de tus sueños.

Sobre mí

Biólogo, lector y curioso, siempre. Viajero, escritor y fotógrafo aficionado en los ratos libres. Y mientras tanto, ayudo a jóvenes biólogos en mi blog "El Bichólogo

¡Sígueme!