14 comments

El de biólogo es un trabajo que se presta a investigar cosas de lo más variopinto. El estudio de la vida, la Biología, implica tantas, tantas cosas que por fuerza alguna de ellas son extrañas y rebuscadas. No sólo se estudian los seres vivos en sí mismos, sino sus partes, sus procesos internos, las relaciones que se establecen entre ellos y con el medio. Hasta se investigan sus historias evolutivas y como se han ido adaptando a su entorno desde el punto de vista de la evolución. Las posibilidades son casi infinitas.

A lo largo de mi experiencia profesional he tenido que hacer de todo: anillador específico, técnico de campo, instalar cajas nidos para unos jefes y hecho el seguimiento para otros, redactar artículos y memorias técnicas, recoger muestras, prepararlas, analizarlas en el laboratorio, tratamiento estadístico de datos, dar y recibir charlas de lo más dispares, preparar presentaciones en power points… Pero creo que las cinco siguientes se llevan la palma en cuanto a lo extravagante o lo original. Y todas ellas han dado lugar a situaciones cuando menos curiosas a la hora de explicar a mi familia y amiguetes en qué trabajaba.

Esperma visto bajo el microscopio óptico

LAS 5 COSAS MÁS EXTRAÑAS EN QUE HE TRABAJADO

1. Masturbar pajaritos

Esta es, sin duda, una de mis favoritas. Con motivo de mi estancia breve en el Museo de Historia Natural (NHM) de Oslo tuve la oportunidad de trabajar en temas de competencia espermática. Y aunque principalmente analicé las muestras, sí que tuve que tomar alguna con mis propias manos. Sí, imaginad que tenéis un pequeño pajarito de menos de 20g de peso en vuestras manos y tenéis que obtener una muestra de esperma. Y contando con que eres tú mismo el que tiene que sujetar al animal, que no debe pasar demasiado tiempo en la mano para evitar estresarlo (¡recordad lo que os contaba en el post del anillamiento!). Estresante 😛

Por no hablar de las bromas y chanzas consecuentes de los compañeros: “¡Dile cosas bonitas al oído antes, hombre!”, “Mírale, te está haciendo ojitos”, “Ese seguro que vuelve, le has dejado contento”.

2. Analizar muestras de Chernobyl

Esta está relacionada con la anterior. Pues durante la misma estancia en Oslo me ofrecieron la oportunidad de analizar unas muestras de esperma cogidas en Ucrania, en el área de influencia de la antigua Central de Chernobyl. Imaginaros mi cara. ¿Esperma de Chernobyl?

Buscando anormalidades en el esperma de pajarillos de Chernobyl. ¿Notáis vosotros algo raro? ;)
Buscando anormalidades en el esperma de pajarillos de Chernobyl. ¿Notáis vosotros algo raro? 😉

Por supuesto que acepté. Me pasé un mes preparando muestras, observándolas en el microscopio, tomando fotografías y analizando aberraciones y malformaciones. Y fue productivo. Muy productivo. Podéis ver la prueba en este artículo, resultado de dicha colaboración con el NHM de Oslo.

3. Recoger excrementos de mamíferos

Prácticamente todo el tiempo que he estado en la consultoría medioambiental lo he pasado realizando transectos de mamíferos, para tratar de averiguar presencia/ausencia y su abundancia relativa. Y dado que los mamíferos son por lo general esquivos y difíciles de ver, pues sólo nos queda buscar sus rastros. Las huellas quizás sean el más obvio que nos viene a la mente, pero en general es más sencillo encontrar sus excrementos.

Excremento de desmán
Excremento de desmán ibérico hábilmente depositado en un hueco bajo una piedra en medio del río 😛

Y así he andado buscando (y a menudo recogiendo) muestras de un respetable número de especies: lobo (aunque más comúnmente eran de perros asilvestrados), zorro, jabalí, corzo, conejo, libre, tejón, jineta, garduña, pequeños mustélidos, nutria y desmán ibérico, y seguro que se me olvida alguno. Hubo una época en la que simultaneaba este punto con el primero. Me encantaba ver la reacción de la gente cuando me preguntaba a qué me dedicaba y yo respondía: “Pues ahora mismo recojo mierda de lobo y soy mamporrero de pájaros”. ¡Sus caras eran un poema!

4. Tapar nidos

Durante un par de temporadas de campo al menos, el tapar nidos por la noche me quitaba no sólo el sueño, sino mi vida social, que se hundía hasta lo irrisorio entre marzo y julio. Y es que por aquella época yo monitorizaba una colonia de avión de más de 200 parejas. Y claro, la única manera de saber quienes eran los padres (al menos los “oficiales” ya que hay numerosas cópulas fuera de la pareja) era yendo a la colonia de noche, tapando la entrada de los nidos y volviendo muy temprano al día siguiente, para capturar a los padres. Esto sólo se podía hacer cuando ya había pollos en el nido, que es cuando ambos padres duermen dentro del nido. Por eso había que capturar, anillar, medir y tomar muestras de sangre a los adultos inmediatamente y bien tempranito, para que pudiesen ponerse a cebar a los pollitos inmediatamente.

Nido de avión común
Nido de avión común a medio hacer en la ventana de mi dormitorio

Como podéis imaginar, los pajarillos no entienden de horarios, y esto me tocaba hacerlo incluso en los fines de semana. Así que no era raro que me fuese a tomar algo con mis colegas y, a eso de las 22:30, decirle: “Bueno, chicos. Me voy a tapar nidos. Nos vemos la semana que viene, que hoy me toca levantarme a las 6:00”. Vaya vida 😛

5. Ser curtidor de gallinas

A veces, para realizar una tesis doctoral, hacen falta adquirir determinadas aptitudes “especiales”. En tiempos estuve a punto de irme a Bolivia con mi colega de Bioblogía a hacer el doctorado sobre ardeidos de los pantanales de por allí. Pero para ello debíamos aprender varias cosas: a montar a caballo a la española, a disparar con rifle y a preparar pieles de aves para su conservación en museos. Fácil, ¿no? Quién no tiene un caballo, un rifle, un campo de tiro y un montón de pájaros para despellejar?

Pero finalmente logramos iniciarnos en todas y cada una de las habilidades que se nos requerían, gracias a la suerte y el ingenio. Y como necesitábamos un flujo de aves finadas, decidimos pasarnos por un matadero de aves, donde amablemente nos proveyeron de todas aquellas que llegaban muertas. Así que provistos de batas, guantes de látex, mascarilla (quién sabe que tendrían esas gallinas) y el material de disección de las prácticas en la carrera nos pusimos manos a la obra. Afortunadamente no tuvimos que hacerlo mucho, ya que abandonamos la idea del doctorado en Bolivia cuando estalló una pequeña revolución allá por 2005, justo en el sitio donde íbamos a estar afincados. Pero eso es otra historia que deberá ser contada en otra ocasión 😉 😛

Todo esto no es sino una pequeña muestra de las cosas que hace un biólogo. No son todas pero desde luego sí las más raras.  Y ahora os toca contarme a vosotros. ¿Qué es lo más raro que habéis hecho gracias a la Biología? ¿Qué estaríais dispuestos a hacer? No seáis tímidos y decídmelo en los comentarios o por las redes sociales 😉

¿Estás cansado de buscar trabajo como hasta ahora sin resultado?

Suscríbete y consigue gratis el PDF "5 Razones por las que Un Blog Aumentará tu Empleabilidad como biólogo" para acercarte al trabajo de tus sueños.

¿Estás cansado de buscar trabajo como hasta ahora sin resultado?

Suscríbete y consigue gratis el PDF "5 Razones por las que Un Blog Aumentará tu Empleabilidad como biólogo" para acercarte al trabajo de tus sueños.

Sobre mí

Biólogo, lector y curioso, siempre. Viajero, escritor y fotógrafo aficionado en los ratos libres. Y mientras tanto, ayudo a jóvenes biólogos en mi blog "El Bichólogo

Deja un comentario

Laura Cancelar la respuesta

Your email address will not be published. Required fields are marked

  1. Lo mío fue abrir agallas con la boca, justo el mordisco necesario para que se abrieran pero sin romper la avispilla que había dentro. Una vez abierta, sacar al bicho con las pinzas y sumergirlo en alcohol para la colección del museo… Pobrecicos. Quedó una bonita colección, por eso! Y un regustillo muy ácido en la boca jajaja

    Gracias por tus posts, ¡me encantan todos!

    1. ¡Hola Laura!

      Menuda anécdota la tuya también, ¿eh? La verdad es que los biólogos tenemos algunas labores de lo más extraño jeje

      Muchas gracias por compartir tu experiencia con nosotros ¡y por tus palabras sobre el blog!

      ¡Un saludo!

  2. A un biologo igual le parece hasta normal, pero entee misbamistades impactan las pruebas de paternidad a turrones.

    Uno de mis primeros trabajos (no remunerado) consistió en extraer ADN de almendra de turrón, para verificar las variedades empleadas. Lo que vienen siendo las paternidades de los turrones.

    1. ¡Hola Mercedes!

      ¡Jajajaja! Nunca había escuchado ni me había planteado que alguien pudiese hacer una «prueba de paternidad» a turrones jejeje De hecho, cuando lo leí la primera vez pensé que te referías a turones y que se te había escapado una r 😛

      Desde luego que es una interesante anécdota que contar. ¡Muchas gracias por compartirla!

      ¡Una saludo!

  3. Pues, como cuasibióloga, durante el tercer curso de la carrera, nuestra profesora de Zoo nos mandaba actividades bastante…digamos, originales. Entre ellas, tuvimos que hacer una canción que describiera de forma más o menos precisa lo que es un vertebrado y porqué se consideran cordados (la mía fue «El rap del vertebrado»).
    También, recuerdo que en una práctica tuvimos que diseccionar una lombriz, lo cual es bastante arriesgado ya que, si te vienes arriba con el bisturí, puedes convertir tu bandeja en el festival de tierra del año (a más de uno le pasó).

    No superan la masturbación aviar, pero para ir empezando creo que están bastante curiosas ;P

    Un saludiño!

    1. ¡Hola Marta!

      Yo también tuve que diseccionar una lombriz de tierra (además de un mejillón, una babosa, un cangrejo de río…) y es cuando menos complejo maniobrar con tan poco espacio donde meter el bisturí jeje. Y respecto al rap… ¿No hay un vídeo de eso? ¡Seguro que fue genial! ¿Cómo era la letra? 😉

      ¡Un saludiño desde tierras extremeñas!

  4. Es increible la cantidad de cosas que se pueden llegar a hacer como biologo,desde las observaciones mas interesantes y marvillosas , a las peculiares,pero no dejan de ser interesantes,quien estando apasionado por la biologia ,no daria lo que fuera por la ciencia!

    Me gustan mucho todos tus post ,se nota que tienes mucha experiencia,todo gracias a tu profesion uno nunca deja de aprender cosas nuevas y cada dia tengo mas ganas de saber sobre este mundo y sus reinos biologicos
    Saludos !

    1. Hola Sebastian!

      Sí, la verdad es que la biología da pie a numerosas anécdotas y a hechos de lo más curioso. Me alegro de que te guste un blog. Un placer poder seros útiles y mostraros un poco cómo es el mundo de la biología desde dentro 😉

      ¡Un saludo!

  5. Muchas gracias Yolanda! Gracias a ti por tu aportación! Mis colegas siempre dicen que los biólogos sólo estudiamos guarradas 😛 Al final les voy a tener que dar la razón 😛

    1. Jejeje, vaya si, lo recuerdo perfectamente, cuando os estuve enseñando el manejo de la escopeta y los cadaveres que llevasteis a casa, de gallinas , claro. buenas anecdotas.

  6. Como tu dices es inherente a la profesión ….identificación de esperma de poliquetos….dibujar cientos genitalias de mariposas incluidas en una gran enciclopedia, también de poliquetos, etc……Gracias por compartir tus experiencias en el blog está genial.

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}