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Los que seguís el blog con cierta frecuencia sabéis que he hecho un poco de todo en esto de la biología: he sido voluntario, técnico de campo, he trabajado en una consultora medioambiental, en enero defiendo mi tesis doctoral… En todos los trabajos he tenido momentos buenos y malos, pero quizás el que provoca los sentimientos más ambivalentes, en donde es más fácil pasar de un extremo a otro, es en el mundillo de la investigación.

Y es que la investigación levanta pasiones, se mire como se mire. Algunos la encontramos fascinante; otros piensan que es una tarea insufrible. Pero normalmente no deja indiferente a quien la prueba. Y la realidad es que a menudo los sentimientos opuestos hacia esta disciplina no sólo se suceden rápidamente, sino que se solapan. Ahí está su magia 😛

La carrera investigadora: una historia de amor y odio

Las grandes recompensas

Ya he comentado alguna vez que el poder contribuir al conocimiento humano es una de las razones para hacerse biólogo. Pero desde luego no es la única gratificación que nos concede la ciencia. Aprender cómo funcionan las relaciones entre los seres vivos, las bases biológicas de su comportamiento o entender cómo cambian los organismos y especies a lo largo del tiempo te hace ver las cosas desde una nueva perspectiva. Y eso mola 😉

De pronto descubres que a tu alrededor están ocurriendo cosas fascinantes. Donde antes sólo veías un grupo de pajarillos comienzas a ver displays y todo tipo de interacciones entre ellos; donde sólo veías plumas de colores comienzas a descubrir caracteres sexuales secundarios que dan información sobre el estado nutricional, sobre su sistema inmune o sobre su capacidad de encontrar alimento. A tu alrededor se desenvuelve un mundo en constante competencia, tanto a nivel intra como interindividual. Y eso es increíble 😉

Saber cómo funciona el mundo y ser capaz de apreciar esos mecanismos teniendo lugar a tu alrededor es una experiencia asombrosa que sólo puedes entender cuando realmente te gusta la biología.

Pero no es la única recompensa. A menudo la ciencia implica trabajar en contacto cercano con los seres vivos que se estudias, desde las más pequeñas bacterias hasta los animales y plantas más complejos y exóticos. Puedes tener que viajar a lugares que nunca te habrías imaginado y conocer a gente de lo más variopinta, quizás incluso a alguno de tus referentes en el mundo de la biología.

Pero si a ti lo que te gusta es el laboratorio no te preocupes. Tendrás posibilidad de trabajar con equipos carísimos que no tenías ni idea de que existían. Descubrirás para que sirven todas esas máquinas que habías visto tantas veces en la universidad y quizás incluso te conviertas en un experto de su manejo. Estudiarás las técnicas más avanzadas de secuenciación genética y te estarás asomando a unas fronteras que hace años nunca nos habríamos atrevido siquiera a soñar.

La carrera de investigador conlleva, sin duda alguna, una cantidad de retos y experiencias que no te proporcionará ninguna otra profesión. Sencillamente, son cosas que sólo se pueden hacer en investigación y que no están al alcance del resto de la gente. Las posibilidades son, virtualmente, infinitas 😉

Unos costes elevados

Sin embargo, la ciencia es una amante exigente. A cambio de deleitarte con sus favores te va a pedir mucho. Realmente mucho. Tendrás que pagarlo con tu sudor y sometiéndote a una alta presión.

1. La lucha de poder

Y es que la ciencia es tremendamente competitiva. Las becas, cada vez más escasas, se disputan entre un número de aspirante que crece año tras año. Los fondos dedicados a la investigación no hacen más que recortarse (en España los últimos 4 años de gobierno han sido nefastos para los presupuestos para I+D+i), con lo que conseguir un dinero para un proyecto se ha convertido en toda una hazaña épica.

Cuando hay una vacante para un puesto de investigador la competencia es feroz: hasta unas pocas décimas pueden marcar la diferencia. Esto lleva a una auténtica fiebre por publicar y engordar el currículo a base de artículos en revistas científicas de prestigio y estancias breves en centros extranjeros. Se genera así una presión por publicar tal que muchos jóvenes investigadores no pueden soportarla y terminan rindiéndose.

Esta competencia afecta también a la colaboración entre los grupos y personas. En muchos sitios existe un temor a compartir datos, por miedo a que te roben la idea y el artículo correspondiente, y mucha gente no duda en pisar a otros con tal de poder avanzar y sacar algo de ventaja.

Además, por si esto fuera poco, existe una férrea jerarquía a muchos niveles, lo que puede convertir tu trabajo en un infierno. Conozco casos de directores de tesis que, a pesar de que su doctorando ha realizado desde el diseño experimental hasta la recogida de datos y la redacción del paper, le han exigido aparecer ellos como primer autor en el artículo en detrimento de su estudiante. O un director de un departamento que sólamente aportó determinada máquina para realizar el experimento y exigió ser el primer autor del artículo o bloqueaba su publicación. En la mayoría de los casos a los implicados no les quedó más que claudicar o renunciar.

También puedes encontrarte con la inmovilidad de alguien en un escalafón superior que te imposibilitará probar determinada técnica novedosa que podría facilitar enormemente tu trabajo sólo porque él piensa que no tiene sentido y es quien controla los fondos. Puede ser que sólo confíe en la técnicas de siempre, o que la que quieres usar es de un colega con quien anda enfrentado o simplemente porque es él quién decide y no va a dejar que alguien de menor prestigio como tú le corrija. Tan triste como cierto.

Meme de Juego de Tronos
El politiqueo y las luchas de poder podían formar parte perfectamente de la trama de la serie

También existen luchas de poder, al más puro estilo de Juego de Tronos. Rencillas irreconciliables entre miembros de un departamento o de departamentos enfrentados, competencia feroz por conseguir proyectos, por obtener el control y la distribución de los fondos, imposición de trabas burocráticas para evitar que un grupo pueda conseguir un determinado objetivo… Enfrentamientos, traiciones, mentiras y acusaciones que vuelan dentro de tu ámbito de trabajo pueden convertir tu experiencia como investigador en un auténtico infierno. Alucinarías si vieses todo lo que se cuece por ahí.

Es verdad que esto no ocurre siempre, afortunadamente. Pero desde luego no es algo puntual, sino que abunda, y cada vez más, en estos tiempos donde la enorme competitividad en este sector comienza a afectar la ética profesional de algunos investigadores.

2. Un trabajo poco valorado

No esperes oír: «ánimo, que estás haciendo algo importante por el conocimiento de la humanidad«. Lo más normal es que te digan:

Anda, no te quejes, si trabajas con animalitos (o plantitas) que es lo que te gusta. Te quejas de vicio

Si estás todo el día en el campo, eso no es trabajo

Tendrías que estar tú haciendo lo que yo, eso sí que es trabajar.

Y es que parece que si haces lo que te gusta ya no es un trabajo serio. Además, si te dedicas a la investigación básica (no aplicada), hay una pregunta que mucho de tus amigos, inocentemente, te formularán y que a ti te va a repatear enormemente:

Y tu trabajo… ¿Para qué sirve?

No puedo con esa pregunta. ¿Cómo le explicas a alguien que estás haciendo investigación básica y que no tiene una aplicación directa e inmediata? La investigación básica es la base de la aplicada. No existiría ésta sin la anterior. Quizás tus estudios no tendrán nunca aplicación práctica o quizás sentarán las bases para un descubrimiento que revolucionará la conservación, la medicina o la sociedad. Sea como sea la investigación básica es fundamental, aunque la gente no sepa apreciarlo. Y la gran mayoría no lo harán, te lo aseguro 😛

Pero además la ciencia está muy mal valorada no sólo por la sociedad, sino por buena parte de los gobiernos. Mientras los países más desarrollados son los que más invierten en I+D+i, la mayoría de gobiernos piensan que la ciencia es algo secundario, una profesión de tipos raros, con pelo gris y revuelto, siempre con una bata, encerrados en un laboratorio o perdidos en una selva. Sin embargo, la investigación es uno de los motores de la economía.

3. Una vida social casi inexistente

Aunque no siempre tiene que ser así, la investigación suele consumir mucho, muchísimo tiempo. Horas y horas de campo y de laboratorio, de experimentos y de análisis, de redacción y de correcciones. Y si encima tu objetivo de estudio son animales, entonces despídete de horarios normales. Y es que los bichillos no entienden de fines de semana, de vacaciones o de compromisos.

Aunque sólo sea durante la temporada de campo, vas a tener que lidiar con visitas a horas intempestivas al laboratorio o al invernadero, a la colonia de aves o al animalario en cuestión, o tendrás que seguir los ciclos de luz y oscuridad de determinadas plantas, a las que les importa un carajo si tú tienes fiesta con los amigos o si son vacaciones en la universidad. Así que vete preparando…

Un balance complicado

Es muy difícil encontrar un equilibrio en la carrera científica. Es una profesión de extremos: un día puedes estar pensando que no hay trabajo más maravillosa y al siguiente maldiciendo el día en que decidiste meterte en eso. Si te gustan las emociones extremas, tanto buenas como malas, la investigación es lo tuyo 😉

Personalmente, tal y como reza el título del post, siempre he tenido una relación de amor-odio con la ciencia. Cuando llevo algún tiempo con ella, termino harto y agotado, y pienso que los frutos no compensan los esfuerzos. Además que, por mucho que me esfuerce, no me asegura tener trabajo al año siguiente. Pero luego, en cuanto me alejo de la esfera científica, la echo enormemente de menos.

Para mí, la sensación que produce la investigación no tiene parangón. Esa excitación que te inunda cuando obtienes algún resultado interesante; ese cosquilleo por la anticipación que sientes ante un proyecto nuevo e interesante; el placer de desentrañar los misterios que encierra la naturaleza… ¿Qué se puede comparar con eso? Estás haciendo cosas que nadie ha hecho jamás. Estás haciendo descubrimientos, grandes o pequeños, con utilidad práctica aparente o no, pero están ahí. Estás aportando tu granito de arena al saber general.

Puede ser un poco de ego, o quizás es sólo poder alimentar constantemente esa curiosidad infantil que aún perdura en todo científico, o probablemente sea un poco de cada cosa. Pero la investigación es algo que me fascina por las sensaciones que me produce.

Sin embargo el coste es muy alto: pasar largas temporadas en el extranjero, y cuando estás en casa, en tu ciudad, te consume horas y horas de tu tiempo, a veces atrapándote de forma casi obsesiva. A veces me he pasado horas revisando un artículo, tratando de plasmar un razonamiento absolutamente claro en mi cabeza, pero que resulta complicado de trasladar al papel (¡y en ingles!). Lo he leído y releído tantas veces que, aunque pueden faltar detalles o argumentaciones, mi cabeza los suple, porque los presupone, y se me pasan por alto. Es tremendamente frustrante.

También he echado muchas horas haciendo análisis estadísticos, buscando y leyendo papers para hacer una buena bibliografía, y cuando te das cuenta, ha pasado la mañana o la tarde casi sin darte cuenta. Y quieras o no, eso te afecta a nivel personal y, a menudo, a tus relaciones con tus amigos o pareja. Y aquí tengo que romper una lanza en favor de esas novios y novias que soportan paciente y estoicamente los sinsabores de su pareja durante la realización de una tesis o de una investigación especialmente intensa. ¡Qué paciencia!

Montaña rusa
Si te vas a meter en esto de la ciencia prepárate que vienen curvas. Así será tu estado de ánimo en los siguientes años 😛

Así que, para resumir, si quieres meterte en el mundo de la ciencia prepárate para una montaña rusa de emociones y sensaciones, para sentirte el rey del mundo un día y sentirte hundido y pensando que nada merece ese esfuerzo al siguiente. Pero si eres bueno, si resistes, si prevaleces… Seguramente la ciencia sepa recompensarte. Y es que, como se suele decir, el mundo es de los valientes, ¿no?

¿Qué te ha parecido el post? ¿Cuáles son para ti los valores más positivos y negativos de la ciencia? ¿La quieres o la odias? Cuéntame tu experiencia, que seguro que también ayudará al resto a entender el fascinante y difícil mundo de la carrera investigadora 😉

Y dadas las fechas que son, no puedo despedirme sin desearte una Feliz Nochebuena y agradecerte de todo corazón que me hayas acompañado en este y otros posts, que hayas comentado alguna vez, que te hayas reído o que simplemente. lo hayas encontrado útil. En definitiva, muchas gracias por estar al otro lado leyendo estas líneas.

¡¡MUCHAS GRACIAS Y FELIZ NAVIDAD!!

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Sobre mí

Biólogo, lector y curioso, siempre. Viajero, escritor y fotógrafo aficionado en los ratos libres. Y mientras tanto, ayudo a jóvenes biólogos en mi blog "El Bichólogo

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  1. Por no hablar del terror psicologico a los que se te somete en ciertos grupos de investigación.
    He visto gente con bajas por depresión, que han dejado su investigación por acoso laboral, robos de artículos y datos….
    Merece la pena, si, hay que ser despiadado para llegar alto…. hay gente que cree que si.
    Tambien hay sitios maravillosos en los que uno podria trabajar toda la vida…. si no se dependiera de subvenciones permanentemente.
    Mi consejo, si te gusta la investigación, emigra y no vuelvas más que de vacaciones, en este caso la hierba si es mas verde al otro lado de la valla, te lo digo por experiencia.

    1. ¡Muy buenas!

      Lamentablemente, tengo que darte la razón en muchas de las cosas que dices. No llegaría a decir que hay que emigrar sí o sí, porque entonces nunca se podra cambiar la situación y sería injutos para la gran cantidad de excelentes profesionales de la ciencia en general y la biología en particular que existen en nuestro país, pese a la inacción de políticos y la escasez crónica de fondos.

      Como le decía a Leandro, ese lado turbio y corrupto que puedes tener la mala suerte de encontrar en cualquier profesión, aquí se ve agravado por la terrible necesidad de publicar, la falta de financiación y la penosa inestabilidad laboral de la carrera investigadora en España.

      En lo que sí te doy toda la razón es que, hoy por hoy, la hierba es inifinitamente más verde al otro lado de la valla. Sin embargo, yo siempre romperé una lanza por esas grandes científicas y científicos que cada día luchan por salvar la moribunda ciencia española, logrando unos espectaculares resultados con resonancia internacional a pesar de carecer de fondos, de medio, de personal y de tener que renunciar a mucha calidad de vida. Yo core que por ellos merece la pena luchar 😉

      Un saludo y muchas gracias por aportar ese contrapunto. Yo he tenido mucha suerte en toda mi carrera y casi siempre me he topado con gente y equipos maravillosos. Pero no hay que olvidar que eso no siempre es así, lamentablemente.

  2. Hola desde el norte de España,

    Me gustaría compartir mi experiencia. He terminado muy recientemente mi tesis en biomedicina. Sinceramente y sin ánimo de desanimar a nadie (me gustaría pensar que mi caso es muy excepcional) ha sido sin duda la peor experiencia, al menos académica, de mi vida. Ha sido «casi» como trabajar para la Camorra Napolitana. Y no lo digo solamente por la endogamia, sino también por el uso indebido de fondos y un largo etc. ¿Que debería denunciarlo? Si, pero no soy el justiciero enmascarado y con la mafia siempre sales perdiendo.

    He visto, vivido e incluso colaborado de forma forzosa en todo tipo de «corruptelas» imaginables eso si, siempre todo super serio, todos gente de bien, que de vez en cuando sale en los periódicos y en tv. Esto sin duda ha sido para mi un jarro de agua fría de tal tamaño que no quiero volver a saber nada más de esto.

    Muchísimas felicidades por tu blog y mucha suerte con todo Dr.García.

    1. ¡Hola Leandro!

      No es un caso aislado. Lamentablemente, como en cualquier sector donde existe una gran competencia y manejo de fondos siempre aparece la corrupción, los malos profeaionales, el acoso… No es, ni mucho menos, una excepción, aunque tampoco es la norma general, afortunadamente.

      La endogamia universitaria ha hecho mucho, muchísimo daño a la ciencia española, generándose auténticos cortijos donde se manda y dispone sin control Pero como en otras áreas.

      La enorme y feroz competencia por publicar y el cada vez más escueto presupuesto para investigación (aunque ahora está cambiando un poco a mejor) no hacen sino agravar esta situación.

      No serás ni el primero ni el último que sale quemad o ni desencantado de la investigación. Pero también hay gente buena, muy buena, que realiza trabajos de enorme calidad. Y equipos punteros no sólo a nivel tecnológico o de publicaciones, sino en calidad humana. 🙂

      Siento que te haya tocado vivir esta experiencia. Pero tu comentario sirve para dar a conocer esa faceta menos amable que, aunque pequeña, sí que existe dentro de este ya de por sí complicado mundo.

      Un fortísimo abrazo y mucha suerte en todos tus proyectos. Que esta experiencia no te quite la pasión que todo científico lleva, de una u otra manera, dentro de sí.

  3. Hola!!
    Interesantísimo post, si señor! Falta mucho feedback de este tipo en el mundo de la investigación académica (la privada no la conozco pero imagino que funcionará algo distinto). Yo, desde mi experiencia, invitaría a hacer la tesis a la gente que tiene ganas de apostar por ello, si no experimentas el trabajar en la investigación no sabrás realmente si es lo tuyo o no. Yo estoy apunto de defender mi tesis y me estoy planteando dejar el mundo académico pero para nada me arrepiento de hacer la tesis, he aprendido muchísimo e incluso haberla hecho me abre la mente para saber lo que NO quiero hacer (lo que SI quiero hacer ya no lo tengo tan claro).
    Quería compartir con vosotros que una de las cosas que menos me gusta de la investigación es el ambiente «corrompido» que existe. Me refiero a que la gran mayoría de los investigadores viven para su trabajo (y piensan o pretenden que el resto de investigadores también), restándole importancia a su vida personal y ese ambiente no me gusta nada de nada. Esto no se comenta en el post y para mi es una de las cosas mas negativas…

    Gracias por este blog y un saludo!

    1. ¡Hola María!

      Sí, la investigación es apasionante y exigente. El tema de la vida personal lo comento en el post, pero es verdad que, según con quién te encuentres, puedes dar con gente a la que tu vida personal no le importa nada porque tampoco se preocupa por la suya propia.

      Yo tampoco he seguido por la vía académica, pero no me arrepiento tampoco de la tesis. He aprendido muchísimo y vivido alguno de los mejores momentos de mi vida gracias a ella. Así que concuerdo con tu consejo de que lo importante es probar.

      Un saludo y muchísimas gracias por tu aportación y por compartir tu punto de vista y tu propia experiencia con nosotros.

      ¡Un saludo!

  4. ¡Qué razón, Dios mío!

    Soy bioquímica graduada hace unos años ya, y he estado medio año en Galicia de becaria de investigación trabajando en dos laboratorios al mismo tiempo sin cobrar…cosa que me ayudó a conseguir mi primer empleo, una estancia de 6 meses en Grenoble realizando purificación anaeróbica de proteínas, un trabajo interesantísimo para el cual estuve un mes en Madrid formándome.

    Sin embargo, aunque amo esta profesión, me he dado cuenta de lo poquísimo ‘family-friendly’ que es… Los meses pasados fuera de mi hogar, Sevilla, casi me han costado la relación con mi pareja, y además me encuentro asustada ante la perspectiva general de realizar una tesis, por si tengo que estar tres años haciendo algo que después descubro que no me gusta tanto como imaginé, y por el estrés general que se palpa en los doctorandos, siempre pensando en si tendrán tiempo de terminar sus investigaciones o no… ¡Ai Señor!

    1. ¡Hola Ana!

      Muchas gracias por compartir tu experiencia con nosotros. La verdad es que la investigación es tan apasionante como exigente, tanto a nivel personal, como de tiempo, esfuerzo… Pero también tiene muchas cosas buenas 🙂 Pero es verdad que la investigación no es para todo el mundo. Y el paso de la tesis doctoral es tremendamente importante, ya que condicionará en buena manera tu vida en los próximos 3 años. Para mí, la tesis doctoral ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, pero también me ha proporcionado alguno de los momentos más duros.

      Mucho ánimo, decidas lo que decidas 😉 Cada cosa tiene sus ventajas e inconvenientes. Pero si decides perseguir tu sueño, seguro que no te equivocas 😉 Ahora toca ver si la tesis encaja dentro de ese sueño o no 😉

      ¡Un saludo!

  5. Un oost genial, tengo un cacao mental enorme para decidir qué puñetas hacer cuando termine la carrera y con el post abro un poco más los ojos…
    Solo decir que este año estoy de intercambio en otra comunidad autónoma española distinta a la mía y fue una grata sorpresa encontrar compañeros sin ningún problema a la hora de compartir apuntes entre todos y alegrarse por el mérito común y no individual. En serio, sorprendente. Ojalá se viera eso en todos lados.
    Un saludo.

    1. ¡Hola Marta!

      La verdad es que es cierto… Es triste que a veces sea difícil encontrar alguien que te pueda dejar los apuntes. Y eso es sólo en la universidad. Imagina lo que te puedes encontrar después jeje

      Creo que es bueno y saludable que los estudiantes tengáis una idea clara de lo que os váis a encontrar más allá del título de graduado. Y creo que es importante conocer tanto lo bueno como lo malo. La profesión de biólogo, en cualquier de sus ramas, es MARAVILLOSA (así, con mayúsculas). Pero no es tampoco un paraíso ideal, y eso bueno que eso también lo sepáis. Mucha gente empieza un doctorado sin saber en qué se mete, y eso hace que puedan llegar a abandonar. El estar preparado para lo que te vas a encontrar te hace enfrentarlo con más ganas y aumenta tus posibilidades de triunfar 😉

      Y luego, por supuesto, siempre depende de donde tengas la buena o mala suerte de ir a parar. En este caso concreto de la investigación, yo siempre he tenido mucha suerte: el grupo de investigación donde he trabajado ha sido un grupo bueno, con grandes profesionales, con un alto nivel de publicaciones y un inmejorable ambiente de trabajo. No sólo son compañeros, sino amigos míos. Pero también he conocido personas cercanas a mí que lo han pasado mucho peor, con anécdotas de todo tipo. Por eso hay que estar prevenido 😉

      Así que te deseo lo mejor en lo que decidas. Si estás por vocación, ten por seguro que lo disfrutarás. No será un camino de rosas, pero las satisfacciones que te dará esta increíble carrera superan con creces los sinsabores. ¡Mucha suerte!

      Gracias por compartir tu historia 🙂

  6. Hola me gusto mucho tu post, me sentí identificado con varias cosas, soy un MVZ recién egresado en la trancision de licenciatura-maestría y tienes toda la razón, un día te sientes el rey del mundo y al otro sientes que no vale nada tu trabajo, es difícil entrar en este ambiente de la investigación, pero son realmente gratificante los momentos de satisfacción que nos da la ciencia.
    Saludos desde México!

    1. ¡Hola Pablo!

      Tienes toda la razón. Es un ambiente duro y exigente, no apto para cualquiera. Pero si entras por vocación seguramente sea una de las profesiones más gratificantes que puedas encontrar 😉

      Muchas gracias por tu comentario y mucha suerte con la maestría.

      ¡Saludos desde España!

  7. Hola desde Costa Rica, me encanta su blog y aunque yo me dediqué a la docencia casi desde graduada tus ideas en los blogs me ayudan increíblemente en mis clases. Si bien no me dedico 100% a la investigación soy la sobreviviente mejor amiga de una bióloga investigadora en proceso de tesis de maestría acá en nuestro país y me encanta ese comentario de la lanza a favor de los novios y son su permiso incluyo a los amigos cercanos. Fue una montaña rusa de emociones casi un tema de tesis de la etología de un biólogo en un proceso de investigación con todos esos matices de comportamiento, un día habían gruñidos otro lágrimas, los días mas buenos habían sorpresas y hasta risas. Pero cada momento y los viví muy de cerca valió el esfuerzo, aún no esta terminada y nos toca (digo nos porque me siento parte de esta fiesta) enfrentar los pincelazos finales de esos quisquillosos profesores pero ya está invitada a exponer su proyecto en tu país!!! Y si la buena ventura esta de nuestro lado viajaría con fondos estatales que promueven la investigación eso motiva muchísimo, desde luego yo iría pues ocupa hinchada que aplauda con todas las ganas del mundo y en cada aplauso rendiré honor a esas noches y días de café y libros que por mucho valieron la pena. Felices fiestas!!! Un abrazo desde mi lindo país.

    1. Hola Stephanie!

      Me alegro enormemente de que te sean útiles los post que escribo. Y te doy toda la razón en que por supuesto que los amigos también sufren los vaivenes emocionales y las idas y venidas a horas intempestivas del investigador en cuestión 🙂 Dale la enhorabuena a tu amiga por su proyecto (yo también defenderé mi tesis doctoral en enero :P). A pesar de todo el sufrimiento, es una gran experiencia.

      Y por cierto, Costa Rica desde luego que debe ser un lindo país (que no he tenido aún la suerte de conocer). Pero por lo poco que sé de él es todo un paraíso para cualquier biólogo 😉

      Un saludo y gracias por compartir tu historia y la de tu amiga. De que presente el proyecto cuéntanos cómo le fue 😉

  8. Yo no lo habría explicado mejor. Lo comparto totalmente. Las luchas de poder las llevo viendo desde que estudiaba la carrera, antes las veía como espectadora y ahora en la competencia entre los que quieren abrirse hueco en esta jungla.
    La dedicación que hay que poner, el tiempo que se dedica, y se resta de tiempo a otra cosas. Y esa sensación de que a pesar de todo, merece la pena.
    felicitaciones de nuevo por tu blog y suerte con la defensa de tesis.

    1. Hola Mercedes.

      Totalmente de acurdo con tu comentario. Pero me quedo con una frase tuya: «Esa sensación de que, a pesar de todo, merece la pena». Eso hace que cualquier investigador vocacional, a pesar de la mala situación laboral, los sacrificios, los bajos sueldos, los horarios malditos y las luchas de poder, no pueda evitar volver una y otra vez al fascinante mundo de la investigación.

      ¡Un saludo y muchas gracias por pasarte a comentar!

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